Cada vez que pensamos en cítricos… ¡sólo se nos ocurre recurrir a las naranjas y los limones! ¿Por qué tienen tan mala prensa las mandarinas en la cocina? Creo haber descubierto la razón: ¡seguramente por no publicarse suficientes recetas! Para reivindicarlas, esta semana le ofrezco dos fórmulas que dejarán a todos con la boca abierta: una torta facilísima y exquisita para la hora del té; y una mermelada para acompañarla.
- Torta de mandarinas
1) Bata 100 gramos de manteca junto con la ralladura de 4 mandarinas y 1 taza de azúcar (Recuerde que yo uso taza de ¼ litro).
2) Cuando ya dé grititos de desesperación porque no podrá conseguir que el batido se ponga cremoso… agréguele 2 huevos, de a uno por vez, batiendo muy bien después de cada adición. ¿Vio cómo la esperanza jamás hay que perderla?
3) Agréguele ahora el jugo de las 4 mandarinas, coladito, y no se aflija si, a pesar de batir bien, la mezcla parece “cortada”. ¡Ánimo!
4) Mezcle a lo anterior 200 gramos de harina leudante tamizada con 1 cucharadita de polvo para hornear.
5) Vierta en un molde de tamaño adecuado, enmantecado y enharinado, de modo que la mezcla llegue hasta los 2/3 de su altura (de la altura del molde, se entiende…).
6) Cocine en horno moderado, hasta que esté a punto.
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