Mandarinas, así de grandes, 2
Aceite, 1 pocillo tamaño café (50 gramos aproximadamente)
Huevo, 1
Azúcar, 1 taza
Harina leudante, 1 y ½ taza
1. Laven muy bien las dos mandarinas y pártanlas por la mitad. Si tienen semillas (las que yo compro siempre tienen... ¡un montón!), pídanle a su tía que se las saque con una cucharita (pero que no las tire al piso... ¿eh?).
2. Pongan una mandarina cortada por la mitad (con cáscara y todo) en el vaso de la licuadora o procesadora. En cuanto a la otra mandarina...
3. ...Exprímanla, tiren la cáscara, y agreguen el juguito en el vaso de la procesadora o licuadora.
4. Por si esto fuera poco... agreguen también en el vaso de la licuadora o procesadora (junto con la mandarina entera y el juguito de la otra) la taza de azúcar, el aceite y el huevo.
5. Procesen (o licuen) hasta que todo se transforme en una pasta lisita (sin grumos). ¡Alto! Vuelquen esa cremita en un bol y mézclenle la taza y media de harina leudante.
6. Sólo resta volcar esta mezcla en un molde tipo “budín inglés” No. 5 o cualquier otro molde, enmantecado y enharinado, y, cocinar la torta en horno moderado hasta que esté doradita y los costados comiencen a separarse del molde (de 45 minutos a una hora).
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