¿Volvemos a la cocina sencilla de todos los días? Bata 3 claras a punto de nieve, agrégueles de a poquito 9 cucharadas de azúcar, siga batiendo hasta que haga picos duros (las claras, se entiende…) y luego mézclele como pueda 9 cucharadas de coco rallado. Distribuya en copitos sobre placas enmantecadas y enharinadas y cocínelos en horno re-suave hasta que estén sequitos como merengues. (¿y qué son sino?). Aunque a Juan Carlos Serrano (el padrino del civil) a primera vista le parecieron cantos rodados… ¡apenas los probó separo la bandeja y me prometió que Lidia (su señora) cuando los probara, hasta sería capaz de darle un destino diferente a su cocina (actualmente usa el horno como biblioteca) e intentaría hacerlos. “Cuando el destino manda, hay que obedecer” (Napoleón). ¡Glup!
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