Ingredientes:
Frutillas maduras, ¼ kilo
Azúcar, 3 cucharadas panzonas
Crema de leche, 250 gramos
1. Primer paso: ¡Tienen que lavar muy bien las frutillas, con el cabito puesto, hasta que se les desprenda toda la tierra que tienen adherida! ¡El agua tiene que salir re-limpita!
2. Recién entonces, cuando las frutillas estén bien lavaditas, y no antes, para que no se “aguachenten”, quítenles el cabito, una por una. Partan las frutillas por la mitad, pónganlas en un bol y, agréguenles el azúcar y tápenlas.
3. Ahora, olvídense de las frutillas por un buen rato.
4. Cuando se quieran acordar... ya habrá pasado el tiempo necesario para que las frutillas, en contacto con el azúcar, hayan soltado todo el juguito. Entonces, aplástenlas con un tenedor hasta convertirlas en un puré jugoso.
5. En otro bol, viertan la crema de leche y bátanla hasta que espese, pero sin que se reciba de crema chantillí. Es decir: ¡que no se endurezca!
6. Sostengan el bol en donde está el puré de frutillas, mientras le mezclan la crema de leche batida. ¿Vieron qué lindo color toma la mezcla? Pruébenla... y, si les parece, agréguenle un poquito más de azúcar.
7. Sólo nos resta verter la mezcla en un molde y colocarlo en el freezer. En menos de lo que canta un gallo... ¡habrán aprendido a hacer el helado de frutillas más cremoso y rico de toda la cuadra!
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