Si cuando usted pide fideos sólo es
capaz de pensar en tuco… no pierda tiempo en leerme y vaya directamente a la
telegrilla. Si, en cambio, le gustan los descubrimientos, voy a darle una
formula capaz de hacer temblar hasta a un “vermicelli alle vongole”… “El que inventó la lanzadera fue más útil a
la Humanidad que el que inventó las ideas innatas”. (VOLTAIRE). Hierva 1
taza de cintitas secas (crecen al cocinarse) hasta que estén “al dente”.
Aparte, mezcle 1 taza de salsa blanca bien sazonada, con 2 cucharadas de
mayonesa. ¿Qué qué dirá a todo esto la salsa blanca? “Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la
unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”. (S. BOLÍVAR). ¿Listo? Mezcle ahora
esa sorprendente salsa nueva con los tallarines cocidos, incorpóreles 1 taza de
daditos de jamón cocido o lengua en lata, y vuelque todo en una fuente para
horno de modo que quede de 2 cm de alto. Cubra luego la superficie con rodajas
finitas de tomate, sazonadas con sal y pimienta, espolvoree con pan rallado
mezclado con queso, salpique con trocitos de manteca, y gratine en horno bien
caliente. Resultado: ¡fideos con sombrerito! Y, lo más importante: una receta
fácil, rápida y distinta para revolucionar las costumbres proletarias: “La revolución para ser tal, debe arrancar
del mismo pueblo”. (BALMES).
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