Viendo el precio de lista a que está el jamón
cocido y el crudo, ya no me mueve a risa esa vieja copla conocida: “De las aves
que vuelan, me gusta el chancho…” Es verdad: el jamón se ha ido a las
nubes y no hay ministro de comercio que lo haga aterrizar. ¿Los sándwiches
pasarán a la historia? ¡Jamás… mientras tengamos a mano recetas fáciles y
económicas como estas!:
· Fiambre
de pollo
(No se asuste y proteste por el costo. Para hacer
este fiambre sorprendente que podrá cortar en finísimas tajadas como si fuera
jamón… ¡sólo necesitara un pollo! Nada más que un ingrediente. Y, por
supuesto, la procesadora, que podrá pedir en préstamos a cualquier vecina
solidaria.
1) Compre un pollo de
buena familia, quítele la piel y desprenda toda la carne desechando los
nervios, tejido fibroso y demás yerbas que podrá donar generosamente a los
gatos del vecindario.
2) Corte ahora la
carne de pollo en trocitos y procéselos “a toda máquina” hasta que se convierta
en una especie de “chicle” abominable.
3) Vuelque el pegote
en un bol y sazónelo con sal, pimienta y nuez moscada.
4) Enmanteque un
moldecito tipo “budín inglés” N° 1 (el más chico) y rellénelo con este
pasticchio. Levante y golpee el molde sobre la mesada para eliminar las
burbujas de aire. (Si conoce otro método más silencioso, mejor).
5) Tape la preparación
con un papel enmantecado y cocínela a baño de María en el horno, hasta que esté
firme.
6) Desmolde y deje
enfriar muy bien.
7) Corte en tajadas y
arme los sándwiches como si se tratara de blanco de pavita… ¡aunque parezca
caucho!
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