INGREDIENTES
(para 6 porciones…¡y quedarse con hambre!)
Espárragos verdes o blancos, 2 atados
Manteca, 100 gramos
Queso rallado, 150 gramos (parmesano, por supu…)
Pimienta negra, recién molida, a gusto
PREPARACION
- Corte a los espárragos la parte dura y deséchelos.
- Lávelos cuidadosamente, como cuando manipula su lápiz delineador de ojos (en cuanto uno se descuida… ¡zas! ¡Adiós puntas! Y, que yo sepa, todavía no se inventaron los sacapuntas para espárragos…).
- Hiérvalos al vapor, hasta que estén tiernos. Si no posee ese aparato doble-ancho llamado “vaporiera”… colóquelos bien alineaditos en una cacerola y hiérvalos en agua con sal hasta que, al pincharlos con un tenedor, estén para comérselos.
- Escurra los espárragos y distribúyalos en una fuente, con las puntitas mirando para el mismo lado (el “mismo lado” puede ser el centro de una fuente redonda…).
- Cubra las puntas de los espárragos (y algo más del tallo) con el queso rallado sazonado con la pimienta.
- Derrita la manteca hasta que tome color avellana.
- Vuélquela, caliente, sobre el queso rallado.
- Coloque la fuente unos segundos en el grill (o en la parte más alta del horno… ¡bah!) para gratinarlos. Sirva enseguida.
Versión 2:
1. Coloque 2 atados de espárragos ya cocidos y escurridos (calientes) bien alineados en una fuente.
2. Cubra las puntas con abundante queso tipo Parmesano, rallado.
3. Espolvoree con un poquito de pimienta negra (si puede o quiere) y vierta sobre el queso 150 gramos de manteca derretida a punto de color “avellana” (noisette), bien caliente. Si tiene prohibida la manteca… use margarina. Y si tiene prohibido el queso rallado… ¡olvídese de esta fórmula!
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