1) Tamice 1 taza de harina común con ½ cucharada de azúcar, 1 cucharadita de sal, 1 cucharadita de polvo para hornear, y 1 cucharadita de fécula de maíz. (Y pimienta, si quiere…).
2) Agréguele 30 gramos de manteca o margarina fría y corte con dos cuchillos hasta convertir en granitos (a la margarina, se entiende…).
3) Ponga el granulado en un bol y revuelva con un tenedor mientras le agrega, aproximadamente 1/3 de taza de leche fría. Apenas la necesaria como para unir todo en un bollo de textura irregular.
4) Tape la masa y deje en la heladera un rato, para que tome consistencia como para ser estirada.
5) Estire la masa sobre la mesa bien enharinada, déjela fina, córtela en discos y apóyelos sobre placas “limpias”.
6) Pinche las galletitas con un tenedor, píntelas con leche y cocínelas en horno requetecaliente, hasta que estén sequitas y crujientes. (¡Qué no se le quemennn!).
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