- Quítele la grasa a un lomo (déle al gato también todos los pegotes que a la abuela le da lástima tirar) y corte la carne en daditos. Póngalos en una cacerola junto con ½ litro de agua, 1 cebolla, una zanahoria, ramitas de perejil, 2 hojas de laurel, 1 rama de apio y todo lo que su imaginación crea que tiene un bouquet garni. Aparte, hierva en un poco de caldo de verduras 18 cebollitas liliputienses (o los bulbos de 18 cebollas de verdeo) junto con un poquito de azúcar y 1 cucharada de manteca. Cuando la carne esté cocida, escúrrala. ¡Cuando las cebollas lo estén, haga lo mismo!
- Cuele el caldo donde se cocinó la carne. Hágalo hervir.
- Cuando el caldo hierva, agréguele de a poco una pasta hecha con 50 gramos de manteca y 2 cucharadas de harina. Revuelva con batidor de alambre hasta que el caldo espese. Ponga ahora en un bol 3 yemas y 50 gramos de manteca; mezcle y vierta sobre ellas el caldo caliente, de a poquito. Coloque esta salsa en una cacerola, agréguele los cubos de carne, las cebollitas y 200 gramos de crema de leche. Caliente, sazone a gusto, sirva en cazuelitas y espolvoréelas con perejil. O sirva en cazuela única.
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