Ingredientes
Manteca, 100 gramos (blanda)
Azúcar, 1 taza
Leche, ½ taza
Harina, 1 taza
Polvo para hornear, 2 y ½ cucharaditas
Esencia de vainilla, 1 cucharadita
Nueces, 1 taza (picadas)
Detalle increíble
Café hirviendo, 1 taza (hecho como usted sabe
hacerlo)
Azúcar negra, 1 taza
Cacao dulce, ½ taza (instantáneo)
Preparación
1. Bata la manteca con el azúcar hasta que se
convierta en una crema.
2. Agréguele de a poquito la leche y continúe
batiendo. ¡Ahora si parecerá una crema! Crema cortada… ¡pero crema al
fin! Perfúmela con la esencia de vainilla.
3. Tamice la harina con el polvo para hornear y
mézclela con las nueces.
4. Únala al batido de manteca.
5. Vierta el pegote en una
budinera Nº 22 (la que se usa para hacer flan para una “familia tipo”…),
profunda, y generosamente enmantecada (como si le regalaran la manteca). ¡No la
enharine!
Último paso increíble
1. Frote el cacao con el azúcar negro hasta
mezclarlos bien y cubra con esto mezcla la torta cruda.
2. Por si esto fuera poco… ¡vierta sobre esta
cubierta la taza de café caliente! Y sin perder la fe en las buenas cocineras
(¡ejem!) póngala a cocinar en horno moderado de 45 minutos a 1 hora. Después de
15 minutos, abra el horno y espíe: el café y el azúcar se habrán filtrado y
emergerá una torta similar a un bizcochuelo.
3. Una vez cocida la torta (clávele una
brochette para cerciorarse de que lo está) invierta el molde sobre una fuente
algo profunda y déjelo así 5 minutos. Ahora sí: ¡RETÍRELO CUIDADOSAMENTE! ¿Lo
imagina? ¡Habrá obtenido una torta increíble, con baño de cacao incorporado!...
4. Una vez fría la torta (puede llamarla
“budín”… ¡bah!) adórnela como quiera o sírvala acompañando cada porción con
Chantilly. ¡Glup!
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