Ingredientes:
Chocolate para taza cortado en trocitos, 300 gramos
Crema de leche, 200 gramos
Café instantáneo, 2 cucharaditas (si quiere... el café –dicen- refuerza el gusto del chocolate)
Cognac, 2 cucharadas
Varios:
Gajitos de manzana frotados con jugo de limón para que no se oscurezcan. Y con cáscara, así resultan más vistosos, pero sin semillas
Uvas bien lavadas y secas. (Recomiendo las tipo trapiche, bien duritas)
Cubos de bizcochuelo estacionado, o de torta ángel, o de cualquier torta seca
Trocitos de vainillas
Obleas (o galletitas similares) cortadas en trozos
Rodajas gruesitas de banana frotadas con limón para que no se oscurezcan
Cerezas al marrasquino escurridas y secadas con un lienzo
Mitades de nueces “mariposa”
Bolitas de mazapán
Dátiles
Trocitos de ananás al natural bien escurridos y secos (o duraznos)
Ciruelas tiernizadas rellenas o no con algo rico (¿una almendra blanqueada?)
Gajitos de mandarinas
Merenguitos comprados (¡esos duros como piedra!)
Amarettis
Tiritas de cáscara de naranja abrillantadas
Qué sé yo...
Preparación:
Corte el chocolate en trocitos y colóquelo en la caquelón junto con la crema de leche.
Revuelva continuamente con cuchara de madera, sobre fuego suave, hasta que el chocolate se funda y todo se convierta en una salsa “lisita”.
Incorpórele el café instantáneo y revuelva hasta que se disuelva.
Retire del fuego y mézclele el cognac.
Encienda el calentador de la caquelón y gradúelo al mínimo (o coloque un disco de amianto para apoyar el recipiente).
Lleve el caquelón a la mesa y apóyela sobre el soporte correspondiente, con el fuego graduado al mínimo.
De vez en cuando, y sin darle codazos a ningún invitado, revuelva la salsa con cuchara de madera para que no se pegue en el fondo. Si nota que se espesa demasiado o que hierve, apague el calentador por un rato (¿quién se dará cuenta si está entretenido en pescar su bocado?). Si la salsa hierve mucho tiempo, la crema se desintegrará y flotará en forma de manteca. ¡Entonces todos se acordarán de su hígado!
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