Ingredientes
Huevos, 5
Miel, 1 y ½ taza
Levadura prensada, 50 gramos
Aceite, 125 gramos (½ taza tamaño
desayuno)
Café bien fuerte, 2 cucharadas (o café instantáneo)
Canela, 1 cucharadita
Bicarbonato de sodio, 2 cucharaditas
Harina común, ½ kilo
Baño:
Azúcar impalpable tamizado, 400 gramos
Jugo de limón, cantidad necesaria
1. Ponga en la batidora (y si no la tiene pídasela prestada a su
vecina) los huevos, la miel y la levadura desmenuzada.
2. Bata a toda máquina hasta que la levadura se disuelva.
3. Siga batiendo mientras le incorpora (sin salpicarse la panza) el
aceite, el café, la canela y el bicarbonato. ¿Listo? ¡ALTOOOOOOO!
4. Deje de batir y agregue la harina, tamizándola de a poco y mezclando
con movimientos envolventes (como si bailara un vals de Strauss).
5. Vuelque en una asadera así de grande, tamaño baño, enmantecada y
enharinada. Tiene que ser lo suficientemente enorme como para que la pasta
alcance una altura no mayor de 3 cm.
6. Tape la asadera y déjela en sitio tibio ½ hora.
7. Cocínela en horno suave, hasta que la torta este crecidísima y de un
color bronceado envidiable. (Pruebe el punto de cocción con un palillo, por si
acaso…).
8. Desmolde y enfríe.
9. Coloque el azúcar impalpable, tamizado, en un bol y vaya agregándole
de a poco jugo de limón colado, mientras mezcla hasta obtener una pasta de
consistencia tal, que “corra por sí sola”.
10. Vierta el azucarado sobre la torta y déjelo secar al aire libre.
11. Corte en cuadrados y… ¿qué espera para servir el café?
No hay comentarios:
Publicar un comentario