Ponga
a hervir 3 tazas de caldo bien condimentado en una cacerola. Cuando rompa el
hervor agregue 1 taza de harina de maíz en forma de lluvia y dispérsela con un
batidor de alambre. Siga revolviendo con cuchara de madera hasta que la polenta
esté cocida. Retírela del fuego y condiméntela a
gusto con sal y pimienta y 50 g de manteca. Extienda la mitad de la polenta en
una fuente para horno. Espolvoréela con media taza de queso rallado y 100 g de
queso mantecoso (tipo cuartirolo) cortado en trocitos. Cubra los ingredientes
con el resto de la polenta extendida en una capa de igual grosor. Extienda
sobre esta capa una taza de salsa blanca bien condimentada. Espolvoréela con
media taza de queso rallado y 100 g de queso mantecoso. Gratine en horno bien
caliente y sirva de la misma fuente. Este plato se puede enriquecer agregando a los trocitos de
queso igual cantidad de daditos de jamón cocido.
Sin duda, resultará una comida sabrosa y nutritiva.
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