Otro plato sustancioso, fácil, rápido y
sabrosísimo: una caponata de atún, como la hacía mi madre: poner en el fondo de
una ensaladera profunda 6 galletas marineras o similares, frotadas con ajo
hasta espantar a todos, y partidas en trozos. Sobre ellas, gajos de dos tomates
firmes y respetables —si los hay— sazonados a gusto con sal y pimienta; sobre
ellos, 100 gramos de aceitunas verdes rellenas, 50 gramos de aceitunas negras
descarozadas, una lata así de grande de atún en aceite, bien escurrido y en
trozos, 2 cucharadas de alcaparras y, por si esto fuera poco y si le gustan
como a mí, 6 filetes de anchoa en aceite en trocitos, unas tiritas de morrón
verde y... ¡basta! Tape la ensaladera. Déjela estacionar en la heladera 6 horas
por lo menos y, en el momento de servirla, aderécela a gusto con aceite, vinagre
y apenitas de aceto balsámico (y si no tiene, no corra a comprarlo: ¿quién, que
no sea gourmet, se dará cuenta?). Termine adornándola con rodajitas de huevo
duro.
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