Elija
2 naranjas chicas y jugosas, de piel bien sana y lávelas
bien. Pártalas por la mitad y deseche las semillas. Exprima 2 mitades (una
naranja), recoja el jugo y resérvelo. Corte la otra naranja – con cáscara y todo – en trozos. Coloque los trozos de naranja en una
licuadora o procesadora junto con el jugo de la otra naranja, 1 taza de azúcar,
1 pocillo (tamaño café) de aceite (aproximadamente 50 g) y 1 huevo. Licue o
procese todo hasta que desaparezca la naranja (usted me entiende…). Vuelque la
crema obtenida en un bol y mézclele 1 y ½ tazas de harina leudante. Vierta la
mezcla en un molde tipo budín inglés del tamaño apropiado,
previamente enmantecado y enharinado. Cocine la torta en horno moderado hasta
que esté doradita y… ¡den ganas de
probarla! Desmolde sobre rejilla, déjela enfriar y… ¿qué tal?
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