(receta básica)
Por lo general de cada cinco recetas de “pizza a la
piedra”… seis salen realmente parecidas a una piedra… ¡durísimas! Con los
tiempos que corren, no es cuestión de ir al dentista porque una esté
antojada, sino de obrar con inteligencia y elegir una receta que, por más
finita que haga la masa, conserve al cocinarse la ternura de un osito de
peluche. Eso sí: el día que se decida a hacer “pizza a la
piedra”, llame primero a Gas del Estado y pregúntele qué
tal anda el suministro de combustible. Las masas finitas de levadura exigen
para su cocción un horno requetecaliente, de lo contrario resultan muy secas.
Ingredientes
Levadura, 50
gramos
Agua tibia, ½
taza
Azúcar, 1
cucharada
Harina, ½ kilo
y 1 cucharada
Sal, 1
cucharadita
Aceite, 2
cucharadas
Leche tibia,
cantidad necesaria
Salsa de tomates
Sal y pimienta,
a gusto
Aceite, 4
cucharadas
Dientes de ajo
picaditos, 4
Cebolla grande picadísima,
1
Morrón gordo,
verde (o el que consiga), picado, 1
Laurel, 1 hoja
Tomates al
natural, picados y con todo su jugo, 1 lata
Caldo de
verduras, 1 cubito (desmenuzado)
Orégano, 1
cucharadita
Ají molido, 1
cucharada
Varios
Queso fresco (o
mozzarella, si le gusta más), picadito, 300 gramos
Filetes de
anchoa (si le gustan)
Aceitunas
negras o verdes
Preparación
MASA
1. Disuelva la levadura en el agua tibia,
junto con la cucharadita de azúcar y la cucharada de harina.
2. Bata con un batidorcito hasta que se formen
globitos en la superficie.
3. Tape y deje en un lugar tibio hasta que la
levadura fermente y se transforme en una verdadera “esponja”.
4. Coloque la harina sobre la mesa en forma de
anillo.
5. Ponga en el centro la “esponja de
levadura”, la sal y el aceite.
6. Una los ingredientes, agregando de a poco
leche tibia hasta formar una masa tierna, que se pegotee un poco.
7. Tome la masa con la mano (o las dos… ¿por
qué no?) y estréllela sobre la mesa, desde cierta altura. A fuerza de
castigarla, la masa se aireará y volverá elástica.
8. Incorpórele un poco más de harina, moldee
en forma de bollo, tápela y hágala leudar en un lugar tibio. ¿Qué dónde diablos
encuentra un lugar tibio en pleno invierno? Le diré… ¡Ni se le ocurra apoyar el
bol sobre el gato de angora! No sirve. Tampoco la falda de la abuela ni las
pantuflas peludas del nono. ¿El mejor método? Ponga agua hirviendo en un
recipiente de boca más chica que la base del bol donde puso la masa. Apoye el
bol (con la masa adentro) en la boca del recipiente de modo que no toque el
agua y tápelo con un lienzo liviano o polietileno. El vapor que desprenderá el
agua caliente bastará para crear el famoso “medio tibio” y de este modo la
masa no correrá el riesgo de quemarse.
9. Deje la masa así hasta que haya duplicado
su volumen. Mientras tanto, prepare la salsa.
SALSA
1. Caliente el aceite en una sartén y saltee
en él los ajos, la cebolla y el morrón hasta que estén traslúcidos.
2. Agregue en la salsa el laurel, los tomates
picados con todo su jugo y el cubito de caldo, desmenuzado.
3. Deje hervir la salsa a fuego suave y
destapada, hasta que se concentre y espese bien.
4. Retire el laurel y condimente con sal,
pimienta, orégano y ají molido.
ARMADO Y COCCIÓN
1. Ponga el queso en un bol y cúbralo con agua
fría. Reserve. (Esto se hace para que el queso se derrita luego más rápidamente
en el horno).
2. Tome una porción de masa, déjela finita con
el palote (o gruesa, si le gusta más…) y recorte con la pizzera donde la
piensa hornear.
3. Unte con aceite la pizzera, coloque dentro
el disco de masa y continúe estirándola dentro del molde, hasta cubrir bien el
fondo.
4. Tape con un lienzo o polietileno y déjela en
un lugar tibio, hasta que la masa esté bien hinchadita.
5. Moldee del mismo modo las otras pizzas. En cuanto
a los recortes, únalos y haga otras pizzas.
6. Cuando las pizzas estén bien hinchaditas, cocínelas
en horno requetecaliente hasta que la superficie esté sequita, pero no dorada.
7. Retire las pizzeras del horno y dé vuelta
las pizzas en el mismo molde, de modo que la parte de abajo quede ahora para
arriba.
8. Unte la superficie de cada pizza con la
salsa preparada (sólo un poco, para que no resulten demasiado húmedas).
9. Seque las cubiertas de las pizzas unos
segundos en el horno.
10.
Retírelas
y cubra con el queso escurrido.
11.
Vuelva
a poner las pizzas en el horno hasta que el queso se funda.
12.
Retire
y adorne a gusto con los filetes de anchoa y las aceitunas verdes y negras.
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