Si se me ocurriera titular a esta receta
“dulce crema de limón”, quizás usted frunciría la nariz.
Si le explico ahora que se trata del
tradicional dulce con el que los ingleses rellenan sus scones o su típico
“lemon pie”, tal vez cambie de opinión.
¿O no tienen los ingleses las mejores
opciones para la sagrada hora del té? (¡Qué envidia, cuántas cosas
ricas que comen cada tarde!).
La que le voy a dar es una excelente
opción para reemplazar el clásico dulce de leche a la hora de servir el té, café, mate cocido o lo que acostumbre a hacer para los suyos.
Esta receta que guardo celosamente entre
los papeles de mi cueva de trabajo (en la que hay de todo, créanme) me la acercó generosamente hace añares una lectora: Aba Polacco de Militello. El
crédito es todo para ella.
Como seguramente para la receta anterior
compró varios limones…
Entonces, ¡hay que aprovecharlos!
Ponga en un bol 4 huevos, 2 tazas de
azúcar, el jugo de 2 limones (sin semillas y colado) y la ralladura de un
limón.
Coloque el bol a bañomaría y revuelva y
revuelva y…
¡Revuelva más todavía!
O bata, bata y…
¡Siga batiendo!
Ahora pare.
Este será el momento en que el dulce
espese como una mayonesa firme y se ponga traslúcido.
Retírelo entonces del bañomaría y déjelo
enfriar antes de ponerlo en la mesa a la hora del té junto con una pila de scones o tostadas…
¡O lo que prefiera!
Cuando alguno de los comensales le
pregunte que clase de dulce es, ponga cara de inglesa y pronúncielo así:
“lemon…” y luego, como si estornudara, “¡chiiiis!”
Hágalo, obviamente, con acento inglés. Al menos, trate.
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