Llevan una masa original y
fácil de hacer
Cuando hablamos de “pastas” no podemos dejar de
asociar esta especialidad con la cocina italiana. Sin embargo, los
“sorrentinos” – esa especie de “ravioles redondos” deliciosos, generalmente
rellenos con jamón y queso pero que admiten numerosas variantes… - ¡son un
invento argentino! Es más, nacieron
en Mar del Plata. Y la receta auténtica la conseguí
gracias a una amiga incondicional: Diana Castelar.
Estos sorrentinos están hechos con una masa diferente
y deliciosamente tierna.
Todo comenzó en Nápoles…
Según la historieta, allá por el año 1220 vivía en dicha ciudad un mago
llamado Chico. Sólo salía de
su casa para ir al mercadito de la esquina a comprar tomates y diversas
hierbas.
Realmente sólo un mago podía comprar tomates en ese siglo, ya que
el Viejo Mundo debería esperar otros más para que Colón descubriera América (las Indias
Orientales, ¡bah!) y dicho fruto americanísimo, hiciera su irrupción en Europa.
Pero como se trata de leyendas… ¡todo análisis es absurdo! Pero volvamos al
Mago. Chico se pasaba todo el día, tarde y noche cocinando tomates en un enorme
caldero. Se había propuesto inventar “algo rico y distinto” a base de ese extraño
fruto que había llegado a Europa y parecía haber sido arrancado de los jardines
del Diablo. Desde la vereda de enfrente, una vecina llamada Jovanella lo espiaba,
curiosa, tratando de adivinar la fórmula que estaba cocinando y que despedía ese olorcito
tan tentador. Ella era la esposa del ayudante de cocina del Palacio Real, quien
no sabía ya qué inventar
para ganarse los favores del Rey. Así, espiando día tras día, consiguió anotar
la fórmula que mereció
los aplausos de todo el reino. Cuando el Rey le pregunto cómo había conseguido la receta, ella le respondió
con una mentirijilla: “Un ángel me la reveló en sueños…” El Rey no le creyó, pero hizo como que sí. Sin duda pensaba como Benavente: “No
está mal una
mentira cuando con ella defendemos una verdad”.
¿Y qué pasó con el mago Chico, el verdadero
inventor de la salsa? Enterado de que le habían robado el “copyright” de su
invento y – peor aún – atribuído a los ángeles… ¡se fue al Diablo!
Sea cierta o no esta historieta, siempre dará cabida a
esta moraleja: “No destruyas las creencias que hacen a otros felices, si no podéis
inculcarles otras mejores.” (Lavater)
INGREDIENTES
Masa:
·
Harina, 250
gramos
·
Sal, ½
cucharadita
·
Aceite, 2
cucharadas
·
Agua, 1 taza
Relleno:
·
Queso fresco, 200
gramos
·
Jamón cocido, 200
gramos
·
Queso rallado, 3
cucharadas
·
Huevo, 1
·
Sal, pimienta y
nuez moscada, a gusto
Varios:
·
Salsa de tomates
o rosa, para acompañar
PASO A PASO
La masa es el gran golpe de efecto de estos
sorrentinos: deliciosa, pero muy delicada. Por eso, hay que sacarlos de la olla
no bien comienzan a flotar. Un exceso de cocción hará correr el riesgo de que
se abran y vacíen.
1. Relleno: Quítele la cáscara al queso y córtelo en trocitos. Ponga en un bol.
Pique finamente el jamón y agrégueselo al queso. Incorpore en el bol el queso
rallado y el huevo. Sazone a gusto con sal, pimienta y nuez moscada. Mezcle
todo a mano hasta lograr un relleno compacto.
2. Masa: Hierva el agua con la sal y el aceite. Cuando rompa
el hervor, agregue de golpe la harina y revuelva con todas sus fuerzas hasta
lograr unir todo en un pegote. Vuelque el “espanto” sobre la mesa enharinada y
con la puntita de sus dedos amase hasta obtener una masa lisita. Reserve.
3. Armado y cocción: Tome una pequeña porción de masa y estire hasta
dejarla transparente y finita como papel, y dándole forma rectangular. Estire del
mismo modo otro rectángulo de masa. Distribuya sobre uno de los rectángulos los
montoncitos de relleno. Tape con el otro rectángulo de masa.
4. Marque las separaciones entre rellenos y luego recorte
los sorrentinos con un cortapastas redondo de diámetro adecuado. Tome cada
sorrentino y, uno por uno, presione con sus deditos los bordes para asegurarse
de que el relleno no se escapará.
Una los recortes y siga haciendo más.
5. Cocción: Ponga a hervir abundante agua con sal. Cuando rompa
el hervor, eche en la cacerola una tanda de sorrentinos. Apenas floten, escúrralos
y colóquelos en una fuente enmantecada y espolvoreada con queso rallado. Siga cocinando
del mismo modo los demás. ¡Sírvalos con la salsa elegida!
EL DATO
Los sorrentinos deben
recortarse con un cortapastas de bordes romos (es decir: no filosos). De ese
modo, la masa “cortada a presión” queda sellada. Pero por las dudas, vuelva a
presionar con sus deditos los bordes de cada sorrentino. Mejor prevenir que… ¡llorar!
Entre
nosotras…
Si es “tradicionalista”, arme los “sorrentinos” con la
masa de siempre: 300g de harina, 2 huevos, 2 cucharadas de aceite, 1
cucharadita de sal y “el agua que entre”.
“El éxito
justifica la acción” Ovidio
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