Ingredientes
Miel, 1/3
de taza
Manteca
blanda, 60 gramos
Huevo
batido, 1
Esencia de
vainilla, 1 cucharadita
Harina, ¾
de taza
Azúcar, 1
y ½ cucharadas
Bicarbonato
de sodio, ¼ de cucharadita
Sal, un
poquitito así
Baño
Azúcar
impalpable tamizada, 1 taza
Jugo de 1
limón
Agua
caliente, 1 poquitito así
Preparación
1.
Derrita la manteca junto con la miel. Retire y entibie.
2.
Vuelque en un bol y agréguele de a poquito el huevo batido y la esencia de
vainilla.
3.
Únale el azúcar y la harina previamente tamizada con el bicarbonato y la sal.
Mezcle bien. Debe quedar una pasta blanda.
4.
Vierta la pasta de a cucharaditas bien espaciadas entre sí sobre placas
enmantecadas y enharinadas (¡solitas tomaran forma de bizcochitos!).
5.
Cocine los bizcochitos en horno caliente hasta que se noten sequitos. Entonces,
delos vuelta con una espátula y séquelos del otro lado unos segundos más. (Ojo:
pues como llevan miel, en cuanto se descuide pueden quemarse!).
6.
Levántelos con espátula y apóyelos sobre una superficie plana. Al enfriarse, se
tornan crujientes. Una vez fríos – si quiere – báñelos con el siguiente
azucarado:
Baño
1.
Coloque el azúcar impalpable en un bol y mézclele el jugo de limón.
2.
Mezcle con una cuchara mientras le agrega, de a poquito, agua caliente para
formar un baño espeso que cubra y corra por sí solo. Bañe con esto la
superficie de los bizcochitos y déjelos secar al aire libre antes de
esconderlos en latas bien cerradas.
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