Son
una variedad de los huevos pasados por agua: igual que éstos se hierven
en agua pero exigen un poco más de cocción para que la clara quede más
consistente y se puedan pelar. Eso sí, la yema debe quedar líquida...
Para
hacerlos, se cocinan 5 minutos en agua hirviendo con 1 cucharada de sal
y otra de vinagre y, al cabo de ese tiempo, se escurren y se sumergen
en agua fría para cortar la cocción. Pelarlos cuidadosamente (recuerde
que la yema no se cocinó)... ¡y a la mesa!
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