¿Me da permiso ahora para entrar en la cocina? ¡Nada menos que una fórmula contada y experimentada por un arquitecto! ¿Su autor? Guillermo Lasca. ¿El nombre de la fórmula? Yo no tengo la culpa: “¡Pollo al putacchio!”… Corte un pollo en presas, sazónelo con sal y pimienta y dórelo en partes iguales de aceite y manteca (¿30 y 30?). Una vez doradito agregue en la cacerola 1 rama de romero, 2 vasos de vino y… atención: Una cabeza de dientes de ajo con piel y aplastados con la hoja de una cuchilla, más 1 cubito de caldo de verduras. Así las cosas, deje hervir despacito con la cacerola destapada, hasta que el pollo esté bien cocido. Entonces pase las presas a una fuente y manténgalas al calor del horno. En cuanto a la salsa, tamice todo el contenido de la cacerola presionando bien para que caiga el purecito de ajos, sazónela a gusto y, si le parece, espésela con 1 cucharadita de maicena diluída en agua. Una vez espesada y caliente vierta la salsa sobre las presas y… ¡Glup!
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