¿Le cuento ahora la última "salsa inocente" para acompañar salmón rosado (o blanco... ¡bah!) asado, así su marido no la mortifica con sus colesteroles? Bata a baño de María 2 claras, 2 cucharaditas de mostaza y 2 de jugo de limón, hasta que parezcan un sabayón espumoso. Mézclele perejil picadísimo y 100 g de queso crema bajas calorías, sazone a gusto y... ¡Glup!
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