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viernes, 20 de noviembre de 2015

Flan de zapallo



Rico y económico. El protagonista del puré para cuando estamos enfermos, se transforma en el ingrediente de un postre sencillo.

Hice lo que no debería haber hecho: leer los diarios antes de irme a cenar. Ahora agrego un pecado más: ver el último noticiero antes de irme a dormir. Sabía que al otro día, tendría que levantarme y tener ganas de seguir trabajando. ¿De dónde sacar fuerzas?


El ángel de la buena memoria me ayudó. Recordé el experimento óptico que hacíamos cuando estudiábamos, para encontrar el “punto cero”. Dibujábamos en una tarjeta el signo más y, a unos centímetros, en la misma línea, el signo menos. Nos tapábamos un ojo y, sin pestañear, alejábamos la tarjeta hasta que ocurría el milagro: el signo negativo desaparecía y ¡sólo veíamos el positivo! Habíamos encontrado el “punto cero”. Qué bueno si aprendiéramos a mirar así a nuestros semejantes.
Lo importante, para ser solidarios, es aprender a no desviar la mirada y enfrentar las dos caras de la realidad para poder ofrecer una ayuda. Yo, desde mi cocina, puedo ayudar compartiendo un postre A.P.T.B. (apto para todos los bolsillos). Porque cocinar con economía y sin postre es, para mí, imposible. Como gorda mental, no puedo terminar de comer sin saborear algo dulce. ¿Tiene zapallo a mano? Comencemos…

Flan de zapallo

Hierva 2 tazas de zapallo, en cubitos.
Escúrralo, tamícelo y añádale 2 tazas de leche, 2 cucharadas de fécula de maíz y 5 cucharadas de azúcar.
Lleve al fuego y deje hervir 10 minutos. Retire del fuego, tamice y entibie (cubra la superficie para que no se forme nata).
Perfume con esencia de vainilla y vuelque en una budinera acaramelada.
Estaciónelo en la heladera hasta que esté frío.
Desmolde como cualquier flan y ¡prepárese para los aplausos!




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