Se llaman así: “bapkas”, pero para mí se llamarán siempre “buñuelitos Helena”. Me los enseñó a hacer la mamá de una querida amiga – Rosita Michalina García – y además me los explicó con toda la ternura y nostalgia de su dulce Checoslovaquia. Se trata de unos buñuelos de papa ideales como guarnición; o para comer así nomás, chorreados con crema ácida.
1) Pele 4 papas grandes (casi 1 kilo) y rállelas con la parte del rallador destinado a verduras.
2) Póngalas en un bol y agrégueles ½ taza de queso de rallar, 2 huevos, sal y pimienta. Mezcle bien.
3) Únales de a poco, mientras mezcla, la harina leudante necesaria como para hacer una pasta de buñuelos livianita.
4) Fríalas de a cucharadas en abundante aceite caliente, hasta dorar de ambos lados.
5) Cómaselos así nomás, ¡desnudos! O, si quiere, al mejor estilo europeo: bata 1 pote de crema de leche mientras le agrega gotas de jugo de limón; cuando espese, chorree con ella cada porción de bapkas que sirva.
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