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lunes, 20 de julio de 2015

Más barato por docena









Las masas de levadura – llenas de tabúes para las cocineras principiantes – parecen la galera de un mago: de ellas pueden sacarse infinidad de cosas increíbles. Para lograr éxito, sólo es necesario – además de levadura de cerveza bien fresca, que no esté ennegrecida – un ingrediente básico: paciencia, paciencia… ¡paciencia! “El que más tiempo aguarda, más seguro está de ganar” (H. HUNT JACKSON). Acaso el origen de esta receta sea checoslovaca con infiltraciones danesas. Pero lo que sí sé es que puede trasplantarse perfectamente a nuestro desayuno argentino. Dejemos atrás los miedos heredados y vayamos a la cocina con entusiasmo colombiano. “¡Adelante y a paso de vencedores!”… Ponga a disolver 45 gramos de levadura de cerveza y 1 cucharada de azúcar en 1/3 de taza de leche tibia. Y cuando comience a crecer y llenarse de espuma y desbordar, en lugar de gritar, échela en un bol donde previamente habrá mezclado: 6 cucharadas de azúcar, ½ cucharadita de sal, la ralladura de un limón, 100 gramos de manteca y 3 huevos. A todo esto agregue más o menos 2 tazas de harina y trabaje todo vigorosamente hasta obtener la masa típica: elástica, blanda pero que no se pegue ni a la mesa ni a las manos. El proceso que sigue no se aparta de lo clásico: dejar levar al doble, luego moldear como usted quiera, volver a levar y finalmente hornear a fuego moderado – pintando previamente con huevo batido – hasta que todo el barrio tenga olor a panadería. ¿Sabe cuántas cosas hice con esta masa? Bollitos rellenos con ricotta, yemas, azúcar, pasas, vainilla y manteca derretida… También estire un trozo de masa, lo pinté con manteca derretida, lo espolvoree con azúcar y canela, arrolle y convertí en espirales. Luego se me ocurrió estirar otro poco, dividirla en triángulos, pintarlos con manteca derretida, rellenarlos con dulce de membrillo y nueces y armar en forma de medialunas. También hice una especie de pancitos de leche coronados con azúcar pastelera… ¿Qué si vale la pena? “La comprensión de lo posible y lo imposible es lo que distingue al héroe del aventurero” (MOMSEN).




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