Entre tanta papelería había extraviado las “espirales de nuez” que me enseñó Elsa Cocozza de Denizio. Haga una masa con 100 gramos de harina, 25 de maicena, 1 y ½ cucharadita de polvo para hornear, 50 gramos de azúcar, 75 gramos de manteca, ½ clara y ½ cucharada de Oporto. Déles forma de cilindro, estírelos por separado sobre papeles enharinados dejándolos de 1 cm de espesor y cúbralos con 100 gramos de nueces molidas y mezcladas con ¼ de taza de azúcar. Enróllelos por separado, y así, enteros, cocínelos hasta que estén dorados. Al retirarlos del horno ahóguelos con azúcar impalpable, deje enfriar, corte en rodajas y… ¡glup!
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