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miércoles, 17 de diciembre de 2014

Corazones de jengibre




Por más que insistamos en que las Malvinas son argentinas, debemos reconocer que las mejores especialidades de la repostería navideña que nos gusta saborear son inglesas, con toda su reminiscencia de sabor a jengibre. ¿Comenzamos ya a preparar esos corazones deliciosamente azucarados que, envueltos en celofán, duran justo hasta el momento en que alguien los descubre? “No se puede desear lo que no se conoce.” (VOLTAIRE). Bata ¾ de taza de azúcar con 50 gramos de manteca hasta obtener una crema y agréguele, de a uno por vez, 4 huevos. Luego incorpórele todo esto: 1 cucharada de whisky, ½ taza de miel, 1 cucharadita y media de canela, 1 cucharadita de jengibre, ¼ de cucharadita de clavo molido, 30 gramos de chocolate rallado, un poco de nueces picadas, otro poco de cáscara de naranja abrillantada y picadita y… (¡ufa!) y por último: 1 taza y media de harina tamizada con 1 cucharadita y media de polvo para hornear. ¿Qué le parecen demasiados ingredientes para una golosina? “El Yo es Insaciable” (PASCAL). Ahora vuelque todo el pegote en una asadera enmantecada y enharinada, de modo que quede una pasta de 1 cm y ½ de espesor, aproximadamente. Y cocine en horno moderado hasta que toda la casa huela a Navidad. (La masa debe estar cocida pero no seca). Entonces, sí: retire del horno, deje enfriar en la misma placa y luego recorte en forma de corazones. (¡Los sobrantes para mí!) Paso final: pincelarles la superficie con glasé real y luego pegarles alguna figurita navideña; o – si no le gusta masticar papel – dejar secar y volver a decorar con glasé más espeso coloreado, puesto en cartuchito de papel. (¿Puedo hablar de “cartuchito” sin recordar todo lo que aprendí del maestro Cattarossi en “Buenas tardes, mucho gusto”?) “Miserable cosa es pensar ser maestro el que nunca fue discípulo.” (FERNANDO DE ROJAS).



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