¿Le
cuento ahora unos bocaditos sensacionales que inventé el otro día
gracias a que la manteca no me alcanzaba para hacer los “brownies”
rutinarios? ¡10 puntos! Derrita en el horno una tableta de 180 gramos de
chocolate junto con 100 gramos de manteca. Aparte bata 1 taza de azúcar
(sí… ¡tamaño desayuno!) con dos huevos, hasta que todo haga “blu, blu,
blu”. Entonces mézclele, batiendo siempre: el chocolate derretido, ½
taza de crema de leche, ½ taza de almendras peladas y licuadas con su
piel marrón y “casi” media taza de harina. Así las cosas, vuelque el
pasticcio en una asaderita enmantecada y enharinada, de modo que la
mezcla quede de 3 cm de espesor (más o menos…), y cocine en horno bien
caliente ¡hasta que la superficie quede craquéele y, al clavarle el
cuchillito, se note firme pero húmeda. (Pregunte a Gas del Estado,
cuanto tiempo…) Retire entonces la fuente del horno y, sin desmoldar,
entibie. Luego corte en tiras y divida a estas en cuadrados: ¡LA LOCURA!
Si algún cuadradito amenazara con deformarse, ¡mientras esté tibio déle
unos pellizcones y asunto terminado! “Dios dice al hombre: te lastimo porque te curo; te castigo porque te amo” (RABINDRANATH TAGORE) ¡REQUETEGLUP!!!!!!!!!!
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