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jueves, 6 de marzo de 2014

Se armó la rosca



            Esta semana le propongo una “receta a dos puntas”: una masa fácil, similar a la “masa bomba” pero hecha exclusivamente con yemas; y dos formas para cocinarlas. Por un lado, rosquitas, nuditos o trenzas fritas, increíblemente esponjosas. Y, por otro: ¡unas rosquitas soufflées fuera de serie!

  • Masa”bombásica”

(de “masa bomba” y “básica”…)
(para 1 docena de lo que se le antoje hacer)

  1. Ponga a hervir ½ taza de agua (tamaño desayuno… remember?)  con 25 gramos de manteca y un poquitito así de sal.
  2. Cuando rompa el hervor, agréguele de golpe ½ taza de harina común y revuelva y revuelva y revuelva hasta lograr un mazacote liso y pesado. Retire y vuelque en un bol.
  3. Agréguele de a una por vez 7 yemas, mientras bate furiosamente hasta lograr otro mazacote más presentable. ¡Listo!

  • ·         Roscas fritas
  1. Ponga a calentar abundante aceite.
  2. Coloque la masa en una manga con boquilla grande de picos.
  3. Presione, deje caer en el aire una tira de masa de 10 centímetros de largo, únala en el aire formando una rosca y deslícela en el aceite separándola de la boquilla con un cuchillo. Del mismo modo haga más rosquitas formando una tanda, sin encimar. Fríalas hasta dorar de ambos lados. Rebócelas por azúcar molida.

  • Trencitas o nuditos

  1. Tome pequeñas porciones de pasta y, sobre la mesa enharinada, amáselas muy suavemente como si fuera a hacer rollitos para ñoquis. Ingéniese luego para armar con ellas nuditos o trencitas. Fríalas igual.

  • Rosquitas soufflées

  1. Ponga la masa en una manga con boquilla grande de picos y trace rosquitas sobre placas enharinadas.
  2. Cocínelas primero en horno bien caliente hasta que se inflen bien, y luego a calor suave, para que se sequen. Retire, enfríe y azucare con el siguiente baño:

AZUCARADO SECO:

  1. Ponga en un bol 3 claras y 150 gramos de azúcar. Coloque a baño de María sobre llama fuerte.
  2. Bata con batidora eléctrica (o con un marido pechugón) hasta obtener un baño espeso.
  3. Bane las rosquitas formándole una cubierta gruesita. Acomódelas sobre una placa, espolvoréelas con azúcar impalpable tamizado y séquelas en horno precalentado 10 minutos y luego apagado. Resultado: ¡De confitería! ¡Glup!


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