Mezcle en un bol los fideos o tallarines que
sobraron del mediodía. Juéguese y compre 100 gramos de paleta o jamón cocido,
córtelo y agréguele lo que encuentre de queso rallado y trocitos de queso
fresco. Ligue todo con una salsa blanca liviana. Espolvoree con pan rallado
mezclado con el poquito de queso que le prestó la vecina y gratine en horno
bien caliente.
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