1. Licue 300 gramos de almendras peladas (pero… ¡ojo! sin quitarles la
piel marrón).
2. Mézcleles 100 gramos de chocolate oscuro rallado.
3. Vuelva a licuar (o procesar) todo junto. Vuelque en un bol.
4. Únales 3 claras sin batir, 250 gramos de azúcar, media cucharadita
de canela en polvo y una cucharada de harina.
5. Vuelque sobre la mesa y siga uniendo todo con las manos: debe quedar
una pasta consistente, similar al mazapán.
6. Espolvoree una tablita de madera con azúcar molida. Coloque la masa
en el centro, espolvoréela con azúcar y con manos de hada aplástela con el
palote hasta dejarla de tres cuartos centímetro de espesor.
7. Recórtela con el cortapastas que prefiera, en forma de: ¿tréboles?
¿estrellas? ¿rombos? (una los recortes y con la misma técnica haga más
masitas).
8. Deje orear las masitas sobre la tabla hasta el día siguiente.
9. Al otro día, levante cuidadosamente las masitas con una espátula
larga de metal y acomódelas sobre placas enmantecadas y enharinadas.
10. Precaliente el horno. Cocine las masitas unos 5 minutos en horno
caliente, sólo el tiempo
necesario para que se les forme una corteza sequita. El interior de estas
masitas debe quedar húmedo: ¡una delicia!
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