Cada
estación de la vida tiene su encanto. Ayer elogié al otoño. Ahora quiero brindar por la
primavera: la que está por dentro… ¡y la que está por fuera! El “palo borracho” que planté ya está lleno de
hojitas y el ginkó (bonsái) – más sutil, amenaza, sin
embargo, con echar brotes. Ojalá esta primavera dé las suficientes para estallar
y sorprendernos. Tal vez la primavera sea, en esencia, un estado de ánimo: “Huele la rosa/la mujer dichosa/y
aspira los perfumes de la rosa;/la huele la infeliz/… ¡Y se clava una espina en
la nariz!” (Joaquín Bartrina).
Esta
semana le propongo nuevos bocaditos salados para sorprender en la mesa.
Cañoncitos de atún
Ingredientes
Masa hojaldrada para pascualina (horno),
1 rectángulo
Atún blanco en aceite de oliva, 1 lata
(mediana)
Cebollita de verdeo (parte tierna),
picadita, 1 cucharada
Aceitunas verdes picaditas, 1 cucharada
Mayonesa, cantidad necesaria
Jugo de limón, 1 cucharadita
Alcaparras, 1 cucharada
Huevo duro, tamizado, 2
Sal y pimienta, a gusto
Varios
Moldes para cañoncitos (o tubitos
cilíndricos de metal)
Preparación
1. Estire la masa sobre la mesa enharinada, afinándola un poco más.
2. Córtela en tiras de 1 cm de ancho.
3. Enmanteque y enharine exteriormente los moldecitos. Reserve.
Relleno
1. Abra la lata de atún, escurra y deseche el aceite y vuelque el
contenido en un bol. Desmenúcelo con un tenedor.
2. Agréguele la cebollita de verdeo, las aceitunas picaditas y las
alcaparras.
3. Únale gradualmente la mayonesa necesaria como para obtener una pasta
espesa pero húmeda. Rectifique el sazonamiento a gusto con sal, pimienta y el
jugo de limón.
Armado
y terminación
1. Forre externamente los moldes para canoncitos (o tubulares)
superponiendo ligeramente las tiras de masa que cortó, hasta darle al canoncito la longitud que quiera (no es necesario
forrarlo totalmente si es que los va a servir como “bocadito”).
2. Coloque los moldes sobre placas enmantecadas, pinte la masa con huevo
batido y cocínelos en horno bien caliente hasta que comiencen a dorarse; baje
el fuego a mínimo y déjelos un rato más para que la masa quede bien sequita y
crujiente.
3. Retire los moldecitos de la placa y desmóldelos. Deje enfriar muy
bien los cañoncitos (¡ojo, que
son más frágiles que una promesa política!).
4. Una vez fríos, rellénelos cuidadosamente con la pasta de atún,
tratando de que esta sobresalga un poquito (use cucharita o manga con boquilla
grande para hacer esta operación).
5. Apoye la “boca” de los canoncitos sobre el huevo duro tamizado
puesto en un plato (tápeles la boca… ¡bah!)… ¡y corra a preparar un buen coctel
para servirlos!
Nota: La misma idea sirve para
rellenarlos con dulce de leche de repostería, crema pastelera, chantillí,
etcétera y mimar sin mucho trabajo al “gordo mental” que suele tener toda
familia bien constituída.
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