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miércoles, 1 de agosto de 2012

Piñolata



Bolitas de masa frita mezcladas con miel forman una suerte de rosca crocante y dulce. Al desmoldarla, se salpica con grageas de colores y se corta en porciones, como un turrón.

Ingredientes

Huevos, 2
Harina común, cantidad necesaria
Miel, 1 y ½ taza
Grageas de colores, para espolvorear
Aceite, cantidad necesaria, para freír

Varios

Un molde en forma de anillo

Preparación

  1. Bata los huevos hasta que estén bien espumosos y espesitos. Agrégueles de a poco la harina que absorban, mientras mezcla hasta obtener una masa tierna, que no se pegotee.
  2. Vuelque la masa sobre la mesa enharinada y termine de unirla agregándole o no un poquito más de harina hasta obtenerla lisa y suave.
  3. Tome pequeñas porciones de la masa y amáselas sobre la mesa enharinada, dándole forma de cordón, como si fuera a hacer ñoquis para liliputienses (usted me entiende…).
  4. Corte las tiritas de masa en porciones chiquitas, como garbanzos. Trabaje y recorte así toda la masa. Amásela de inmediato para evitar que se seque.
  5. Caliente abundante aceite en una sartén y fría por tandas los “ñoquicitos”, sin encimarlos, hasta que estén suavemente dorados. ¿Vio cómo se inflan? ¡Parecen garbanzos!... Escúrralos sobre papel absorbente y siga haciendo más.
  6. Coloque la miel en una cacerolita y póngala sobre fuego fuerte, revolviendo de vez en cuando con cuchara de madera hasta que tome punto de “bolita blanda”.
  7. Ponga los “ñoquicitos” fritos en una fuente honda, vierta sobre ellos la miel hirviente y mezcle enseguida con cuchara de madera para aglutinarlos bien.
  8. Vierta el “pasticcio” que se formo con las bolitas de masa en un molde en forma de anillo, bien enmantecado.
  9. Presione la mezcla (sin quemarse los deditos) para que se adapte a la forma del molde. Deje enfriar muy bien.
  10. Desmolde, salpique con grageas de colores… ¡y serrúchelo como si estuviera cortando un turrón! Puede reemplazar las grageas por almendras fileteadas o maníes picados.


Secreto I:

  • Tenga en cuenta el tamaño de los “ñoquis”: Estos deben ser pequeños como un garbanzo o, inclusive, como una arveja. Como son tan pequeños, al freírlos se hinchan y eso determina que queden bien crocantes.

Secreto II:

  • Esta es una golosina tradicional de la cocina regional italiana. Se sirve fría. Es el equivalente a un turrón, hecho en casa.



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