¿Un ejemplo? Mezcle 1 taza de leche condensada con 3 tazas de avena arrollada gruesa, 1 taza de nueces peladas y picadas más 100 gramos de pasas de uva sin semilla. Distribuya la pasta en montoncitos espaciados entre sí, sobre placas enmantecadas y enharinadas. Y cocínelas en horno bien caliente hasta que los bordecitos de cada masita se doren. Retire la placa del horno y deje enfriar allí las masitas. Recién entonces despéguelas cuidadosamente con espátula y ¡glup! Aunque si tiene ganas de trabajar más… ¿qué tal si le pintamos la base con chocolate cobertura? ¿Le gusta la idea? Diría Campoamor: “Con tal que yo lo crea… ¿qué importa que lo cierto no lo sea?”.
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