1. Seguramente, en casa ha quedado algún pan dulce sin tocar. Pídeselo a mamá para transformarlo en un postre delicioso que nos hizo llegar una Anteojita simpatiquísima: Marianita Preneste.
2. El primer paso es de lo más divertido: con un cuchillo dentado corta una rodaja a manera de “tapa”. Luego, empieza a vaciar el pan dulce quitándole toda la miga (¡sin romperlo!) y ahuecándolo bien.
3. Coloca todas las miguitas en un bol; si el pan dulce fuera un poco “pobre” – y si mamá quiere -, añade más pasas, o nueces, o cerezas… ¡o nada!
4. Después bate 2 potes de crema hasta que se espese un poquito (pero sin que se reciba de chantillí); mézclale 1 cucharada de gelatina en polvo sin sabor remojada en ¼ de taza de agua fría disuelta con un poquito de agua caliente.
5. Una vez bien mezclada la crema, agrégala a las miguitas que están en el bol. (Si el postre es para grandes, echa un poco de vino dulce u Oporto o coñac). Debes mezclar o batir todo tan bien, que quede convertido en una crema espesa. Queda por hacer lo más simple y agradable.
6. Rellena con esta crema deliciosa el pan dulce ahuecado, ponle la tapa que le sacaste al principio… ¡y déjalo descansar en la heladera (cualquier estante) al frio máximo, hasta el día siguiente! ¡Ni un Rey Mago sabrá cómo lo has hecho!
No hay comentarios:
Publicar un comentario