Mientras el calor siga apretando siempre tendremos un buen pretexto para saborear helados. ¿La única condición para alcanzar el éxito? Tener bien a la vista los horarios de corte de luz, como para poder invitar diciendo: “Vení a comer helado entre las 11 y 1 de la madrugada”… No tenga miedo a los apagones. Diría Kempis: “La costumbre con la costumbre se vence…”
· Sherbet de limón al champagne (receta preferida por Abel y Alan Giordano)
1) Ponga en una cacerolita 4 tazas de agua (tamaño té) con 1 taza de azúcar (siempre use la misma taza para medir) y 1 cucharada panzona de fécula de maíz.
2) Revuelva continuamente sobre el fuego hasta que hierva, la mezcla se opaque y resulte parecida a almidón cocido (¡puajjjjjjj!).
3) Retire del fuego y, mientras está caliente, viértala sobre un merengue hecho con 1 clara y 4 cucharadas de azúcar.
4) Únale 1 taza de jugo de limón.
5) Ponga a congelar.
6) Cuando el helado esté duro, desmóldelo, pártalo en trozos y licúelo hasta que tome apariencia del helado de limón industrial.
7) Vuelva a ponerlo en el congelador hasta que esté firme, pero no hecho piedra.
Para servir:
1) Enfríe previamente copas antiguas de champagne (altas y anchas).
2) Coloque en cada copa una bocha respetable del “sherbet” de limón (“helado de agua”… ¡bah!).
3) Vierta en cada copa champagne Henri bien helado, hasta llegar a la cintura del sherbet. ¡Sirva enseguida antes que desaparezcan las burbujas!
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