La mesa de las fiestas generalmente se resuelve con un “buffet-froid”. ¡Qué cada uno se sirva lo que quiera!
- Canapés de peceto
1) Sazone un peceto con sal y pimiento, dórelo con un poco de aceite y luego cúbralo hasta la mitad con caldo de verduras, caliente. Agregue en la cacerola 1 cebolla cortada, 1 hoja de laurel y unos granos de pimienta. Hecho esto… ¡olvídese de la carne hasta que el líquido desaparezca y el peceto parezca lomo! Escurra, enfríe y quítele al peceto toda la grasa, pellejitos y otras yerbas. Córtelo en finas tajadas (¡Eh!... ¡tanto no!...).
2) Aplaste con el tenedor 6 huevos duros, hasta lograr un picado finito y parejo (no los procese, ni licue, ni tamice. Hágame caso: quedan mejor por este método ultraobsoleto).
3) Mezcle los huevos (en un bol) con 4 cucharadas de aceitunas verdes picaditas, 2 cucharadas (al ras) de mostaza, 2 cucharadas cucharadas de cebolla cruda rallada, 4 cucharadas de alcaparras enjuagadas y escurridas, y 1 cucharada de perejil picadísimo.
4) Ligue todo con mayonesa agregada de a poquito, para lograr una salsa bien espesota. Pruebe y sazone con sal y pimienta negra, si hiciera falta.
5) Unte con esta pasta las rodajas de peceto, formando una capa espesita.
6) Decore el centro de cada canapé con una flor hecha con una cabecita de champiñón y pétalos de aceituna negra (¡o la flor campestre que más le convenga a su monedero!). Distribuya sobre una fuente cubierta con lechuga en juliana.
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