Son innumerables las amigas que me llaman por teléfono contándome sus experiencias en cocina. Mi querida Sofía es una de ellas, a quien le debo el descubrimiento de esta receta fabulosa. ¡Fíjese como se trabaja de modo distinto la levadura prensada!
INGREDIENTES
Huevos, 5
Miel, 1 y ½ taza
Levadura prensada, 50 gramos
Aceite 120 cc (½ taza tamaño desayuno)
Infusión de café, concentrado, 2 cucharadas
Canela, 1 cucharadita
Bicarbonato, 2 cucharaditas (tamaño café y al ras)
Harina, ½ kilo
AZUCARADO
Azúcar impalpable tamizado, 3 tazas
Jugo de limón, colado, cantidad necesaria
PREPARACION
- Ponga en el bol de la batidora los huevos, la miel y la levadura desmenuzada.
- Bata a toda maquina hasta que no se note la levadura.
- Siga batiendo mientras incorpora de a poco: el aceite, el café, la canela y el bicarbonato.
- Retire el bol de la batidora y agréguele la harina previamente tamizada, uniendo todo con movimientos envolventes para no bajar el batido.
- Vuelque todo en una asadera “tamaño baño”, enmantecada y enharinada, de modo que la pasta quede de una altura de 3 cm (más o menos…).
- TAPE Y DEJE EN SITIO TIBIO ½ hora.
- Cocínela en horno SUAVE hasta que, cuando se dé cuenta, esté crecidísima y de un color bronceado envidiable.
- Desmolde y enfríe.
- Cubra la superficie con un azucarado hecho con el azúcar impalpable y jugo de limón, hasta convertirlo en una pasta que corra por sí sola (pero que no se le escape…).
- Una vez seco el baño, sirva cortando en cuadrados (¡o como quiera!)
Versión 2:
Torta de miel
Esta fórmula hace mucho tiempo me la dio una querida
“amiga invisible” llamada Sofía. Y es tan rica y rendidora… ¡que parece haber
sido inventada a la medida de nuestro “salario irreal”!
INGREDIENTES
Huevos, 5
Miel, 1 y ½ taza
Levadura prensada, 50 gramos
Aceite, 125 gramos (½ taza tamaño desayuno)
Café bien fuerte, 2 cucharadas (o café instantáneo…
¡bah!)
Canela, 1 cucharadita
Bicarbonato de sodio, 2 cucharaditas
Harina común, ½ kilo
BAÑO
Azúcar impalpable tamizado, 400 gramos
Jugo de limón, cantidad necesaria
PREPARACIÓN
- Ponga en la batidora (y si no la tiene pídasela prestada a su vecina) los huevos, la miel y la levadura, desmenuzada.
- Bata a toda máquina hasta que la levadura se disuelva.
- Siga batiendo mientras le incorpora (sin salpicarse la panza) el aceite, el café, la canela y el bicarbonato. ¿Listo? ¡ALTOOOOOOOOOOOOOOO!
- Deje de batir y agregue la harina, tamizándola de a poco y mezclando con movimientos envolventes (como si bailara un vals de Strauss).
- Vuelque en una asadera así de grande, tamaño baño, enmantecada y enharinada. Tiene que ser lo suficientemente enorme como para que la pasta alcance una altura no mayor de 3 cm.
- Tape la asadera y déjela en sitio tibio ½ hora.
- Cocínela en horno suave, hasta que la torta este crecidísima y de un color bronceado envidiable. (Pruebe el punto de cocción con un palillo, por si acaso…).
- Desmolde y enfríe.
- Coloque el azúcar impalpable, tamizado, en un bol y vaya agregándole de a poco jugo de limón colado, mientras mezcla hasta obtener una pasta de consistencia tal, que “corra por sí sola”.
- Vierta el azucarado sobre la torta y déjelo secar al aire libre.
- Corte en cuadrados y… ¿qué espera para servir el café?
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