¡Ensayé una “nueva torta de naranja” para empujar con el té… o con una buena copa de champán! Bata 1 y ½ taza de azúcar con 150 gramos de manteca. Cuando ya caiga en la desesperación porque jamás la mezcla se volverá cremosa… pídale la batidora a su vecina y recurra a la alta tecnología. Cuando sus nervios estén por explotar… agréguele 3 huevos, de a uno por vez… ¡y siga batiendo! ¿Vio qué “linda” queda ahora la mezcla? Perfúmela con la ralladura de 1 naranja gorda y mézclele en forma alternada: 3 tazas de harina tamizada con un poquitito de sal y… ¡4 cucharaditas de polvo para hornear!, más ½ taza de jugo de naranja mezclado con ½ taza de agua y 2 cucharadas de jugo de limón. Cocine la torta en un molde con tubo central enmantecado y enharinado, en horno tirando a caliente hasta que crezca (la torta, se entiende…) y esté cocida y doradita. Del relleno y del baño de azúcar (si quiere agregárselos)… ¡ocúpese usted! “Es necesario conceder descanso a la mente, para que después se encuentre fortalecida y más vivaz”. (Seneca)
No hay comentarios:
Publicar un comentario