Y formarás parte de nuestra mesa cada vez que a mi se me ocurra sorprender a mis nietos haciéndoles saborear esas masitas japonesas tan suaves y extrañas… ¡rellenas con dulce de porotos “aduki”! Ya mismo publico la receta que me diste. ¡Buen viaje y suerte! ¿Lista, amiga? Con cualquier pasta de waffles haga unos panquequitos redondos sobre una plancha de teflón o una de hierro enmantecada. Luego rellénelos con una buena porción de “dulce japonés” en el centro y dóblelos como empanadas, pero dejando asomar el dulce, como cuando arma “pañuelitos”. En cuanto al dulce… le advierto que si no consigue porotos “aduki” (esos chiquitos y negritos) podrá hacerlo igualmente con lentejas. Remoje 500g de aduki de un día para otro; luego hiérvalos hasta que estén bien tiernos, procéselos y tamícelos. Ponga esta pasta arenosa en una cacerola y agréguele 750 gramos de azúcar y cocine, primero a fuego fuerte y después a fuego mas suave, revolviendo de vez en cuando con cuchara de madera (como cuando hace dulce de membrillo) hasta que, al revolver, se pueda ver el fondo de la cacerola (¡qué antigüedad!). Una vez a punto, perfúmelo con esencia de vainilla ¡y listo! Eso sí: si quiere asegurar el éxito no confíe a nadie la fórmula: “Todo aquello que no conocemos lo consideramos magnifico” (Tácito) ¡Glup!
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