Muchas veces ensayamos recetas en cuya composición entran determinadas salsas industriales, y al no tener reservas en casa, nos abstenemos de comprarlas para no salirnos del presupuesto. Para que siempre tenga en su heladera dos salsas básicas a precio ínfimo, aquí le refresco la memoria de dos imitaciones de antología. ¡Anímese a hacerlas! Y que nadie se enoje: “La imitación es la más sincera forma de adulación” (Colton).
- Imitación de mayonesa
1) Ponga en una cacerolita 1 cucharada gorda de maicena y 1 taza de agua fría, tamaño desayuno.
2) Revuelva continuamente sobre el fuego hasta que espese como… ¡como un almidón cocido! (La maicena se pondrá traslúcida).
3) Retire y vierta de a poquito sobre una yema, mientras bate enérgicamente.
4) Sazone con sal, pimienta y mucho jugo de limón.
5) Agréguele de a poquito 4 cucharadas de aceite (más o menos…) mientras revuelve como si estuviera haciendo mayonesa de verdad.
6) Enfríe y envase, por supuesto, en un frasco vacío de mayonesa de la marca que usted prefiera. A lo mejor no se dan cuenta…
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