Y ya que estamos hablando de cosas ricas…
¿recuerda esas masitas antiquísimas que no llevan cocción? Mezcle continuamente
sobre el fuego: 200 gramos de manteca, 2 tazas de Quáker (molido grueso), 1
taza de té de cacao dulce, 5 cucharadas de leche y 1 cucharada de coñac, hasta
que todo este disuelto. (O hágalo a baño de María, si es principiante). Entonces
forre una fuentecita rectangular con papel impermeable, tapícela con galletitas
tipo criollitas (codo con codo) y úntelas con 1/3 de la pasta de Quáker. Cubra
ahora la pasta con otra capa de galletitas, luego con otra capa de pasta, luego
con otra de galletitas y finalmente con el resto de la pasta. Así las cosas, “camúflela”
bien y olvídese de ella hasta el día siguiente. Entonces corte la preparación
en tiras, subdivídalas en cuadraditos, ponga en pirotines y… ¿qué espera para
aplaudir?
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