1. Coloque sobre la mesada 2 cucharadas gordas de “sopa crema de cebollas” y 100 gramos de manteca o margarina.
2. Aplaste todo con un tenedor hasta convertirlo en una pasta.
3. Incorpórele de a poco 1/3 de taza de agua fría: ¡qué pasticchio!!!
4. Agréguele de a poco la harina leudante en cantidad necesaria (un poco menos de una taza…) como para unir todo en un bollo tierno. Ni amase demasiado ni le agregue harina en exceso.
5. Estire la masa sobre la mesa enharinada (enharinando también el palote) déjela del espesor que se le antoje (¿1 cm?) y córtela en discos.
6. Distribuya los discos sobre placas enmantecadas y cocínelos hasta que estén sequitos pero apenas dorados. ¡Crunch!
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